jueves, 21 de junio de 2007

Decálogo para crear un discurso argumentativo

  1. Determinar claramente cuál es la tesis del discurso.

  2. Definir el receptor a quien va dirigido el discurso.
  3. Cualquier afirmación ha de estar sustentada por una serie de argumentos, por lo que habrá que buscar todos los argumentos posibles a favor de la tesis.

  4. Tener en consideración las opiniones, creencias y valores del destinatario para elegir aquellos argumentos que mejor puedan convencerle y desestimar los restantes.

  5. Deben preverse las posibles objeciones del adversario a dichos argumentos.
  6. Una buena introducción contribuye a captar la aprobación del auditorio.
  7. El orden de los argumentos es un factor esencial. En beneficio del mismo, se evitarán las divagaciones, que podrían entorpecer la comprensión. Los argumentos más sólidos se deben incluir al final.

  8. La conclusión debe tener fuerza e interés para ganar la complacencia del auditorio.

  9. Emplear la lengua de forma adecuada, concisa y clara, sin renunciar a la ayuda que pueden proporcionar los recursos literarios.
  10. Si la exposición es oral, conviene memorizar de modo general el texto para producir una buena impresión de seguridad en los oyentes.

Estructura

Un discurso argumentativo consta de:


Tesis. Es la idea fundamental en torno a la que se reflexiona; puede aparecer al principio o al final del discurso. Ha de presentarse clara y objetivamente. Puede encerrar en sí varias ideas, aunque es aconsejable que no posea un número excesivo de ellas, pues provocaría la confusión en el receptor y la defensa de la misma entrañaría mayores dificultades.

Cuerpo. Despliega la idea o ideas que se pretende demostrar desde dos perspectivas: una de defensa de ellas, y otra de refutación contra previsibles objeciones. Esta última actitud no es necesario que esté presente, pero sí la primera. Consta, por tanto, de:
a.-Argumentos. Una vez expuesta la tesis, comienza el razonamiento en sí, es decir, se van ofreciendo los argumentos para confirmarla o rechazarla.
b.-Refutación. Puede hacerse de una tesis admitida o de las posibles objeciones que podría hacer el adversario a un argumento concreto.


Conclusión. El expositor, en su demostración, reflexiona sobre el tema desde todos los ángulos, hasta llegar al objetivo deseado, que se ofrece como conclusión, a menudo anunciada al comienzo del discurso. Puede presentarse de varias formas:
a.-Afirmación de una tesis.
El contenido que desarrolla el expositor se presta en su final a abstraer de los datos o ejemplos aducidos una idea general, explicativa del problema o de los fenómenos que se traten, la cual asume un rango de tesis.
b.-Con carácter sugeridor. Este tipo de conclusiones se distinguen porque el discurso, si bien en el estadio final recoge en síntesis la idea sustancial de la exposición, no llega a hacer como definitivo su razonamiento o a completar su información. El expositor apunta sugerencias para futuros trabajos, abriendo caminos hacia otras perspectivas antes de poner punto final a su propio discurso.

La Mesa Redonda



En la técnica de expresión oral que denominamos "Mesa Redonda", un equipo de expertos expone sucesivamente ante el grupo diferentes puntos de vista sobre un determinado tema.
Los alumnos participantes en la mesa deben documentarse ampliamente sobre los contenidos que cada uno va a exponer y mostrar habilidad suficiente para exponer y defender con argumentos sólidos su posición.
El coordinador abre la sesión, presenta el tema, el procedimiento a seguir y a los diferentes expertos, advierte al grupo de oyentes que sólo podrán hacer preguntas al final, ofrece la palabra al primer ponente y la irá cediendo alternativamente también a los demás. Cada ponente dispone de diez minutos y, si se pasa del tiempo, el coordinador se lo advertirá pasándole una nota por escrito.
Conviene que la duración de la "Mesa Redonda" no exceda los 50 minutos para permitir luego las preguntas que desee formular el auditorio.

El debate



El debate es una técnica de expresión oral que implica una discusión entre al menos dos grupos distintos de opinión sobre un determinado tema. Cada persona argumenta su postura, es decir, trata de justificar sus ideas mediante razones más o menos convincentes.
Conjuntamente se elabora un guión mínimo para que cada participante sepa los puntos fundamentales que, en principio, se van a tratar y puedan prepararlos, ordenar sus ideas, buscar datos y documentación, etc. Por supuesto, no se trata de un guión rígido, ya que tiene que dar cabida a todas aquellas cuestiones que vayan saliendo a lo largo del coloquio.
Cada interlocutor, por su parte, debe preparar un guión individual que recoja las ideas fundamentales que piensa exponer, las anécdotas con que va a ilustrarlas, etc.
El moderador se encarga no sólo de ceder la palabra a los interlocutores que la vayan pidiendo, sino también de encauzar y dirigir el coloquio.

Las características básicas del debate son las siguientes:
  1. El tema elegido tendrá que ser único.
  2. Tiene que haber al menos dos grupos distintos de opinión. Si hay un acuerdo básico entre los participantes, difícilmente puede surgir un debate.
  3. Hay que prever su duración para agotar los argumentos y procurar no interrumpirlo por falta de tiempo.
  4. El respeto hacia el otro y sus ideas es un principio esencial.
  5. El tiempo hay que repartirlo equitativamente, procurando ser breves y no acapararlo para nosotros con exclusividad.
  6. Cuando uno de los interlocutores hace referencia a algo que ha dicho otro, es costumbre que este último intervenga "por alusiones", aunque no sea su turno.
  7. Es necesario no dar rodeos y ceñirse al tema propio del debate.
  8. Debemos ser claros en nuestras intervenciones.
  9. Debemos ser amenos, usando el humor y la ironía –sin faltar al respeto- para romper posibles tensiones y evitar las subidas de tono, las voces y el diálogo de sordos.
  10. El debate se cierra con un resumen de las posiciones de los participantes con el fin de que los posibles oyentes conozcan mejor el tema debatido y vayan formándose una opinión personal al respecto.

La estructura del debate consta de los siguientes apartados:

  1. Presentación general a cargo del moderador.
  2. Breve exposición, por parte de cada participante, de su postura en torno al tema.
  3. Intercambio de opiniones e información.
  4. Conclusiones finales.

martes, 19 de junio de 2007

Tipos de Argumentación

Según su capacidad persuasiva:

  • La pertinencia: Los argumentos pertienentes están relacionados con la tesis o la refuezan.
  • La validez: Conducen a la conclusión deseada. En caso contrario, son argumentos falaces.
  • La fuerza argumentativa: Depende de la facilidad con que se rebaten. Se distinguen argumentos débiles y argumentos sólidos. Si no puede ser rebatido es un argumento irrefutable.


Según su función:

  • Argumentos de apoyo a la tesis propia.
  • Concesiones o ideas de la tesis contraria que se admiten provisionalmente.
  • Refutaciones o argumentos con los que se rebate total o parcialmente la tesis contraria.
  • Contraargumentos que invalidan los argumentos contrarios a la tesis o las concesiones que el propio autor ha admitido previamente.


Según su contenido: El contenido de los argumentos se basa en los tópicos: los diferentes valores en que se basa un argumento para establecer su fuerza argumentativa. Son muy variados

  • Lo existente es preferible a lo no existente

  • Lo útil y beneficioso es preferible a lo inútil: lo no perjudicial es preferible a lo perjudicial .

  • Lo moral y ético es preferible a lo inmoral.
  • La cantidad es preferible a la calidad.

  • La calidad es preferible a la cantidad


  • Lo bello es preferible a lo feo

  • Lo tradicional es más valioso que lo reciente

  • Lo novedoso y reciente es más valioso que lo antiguo

  • Lo agradable es preferible a lo desagradable

Según su finalidad: Las finalidades básicas que tiene una argumentación son la demostración y persuasión. Para la primera se utilizan los argumentos racionales, que se fundamentan en los hechos. Para la segunda se utilizan los argumentos afectivos.

Argumentos racionales:

La argumentación lógica se basa en las relaciones causa-efecto, concreto-abstracto, condición-resultado, concreto-abstracto, individual-general.

  • El silogismo: es un razonamiento que consta de dos premisas y de una conclusión que se deduce necesariamente de ellas.

  • El ejemplo

  • El uso del sentido común y el uso de refranes y máximas

  • El argumento de autoridad

La argumentación analógica se basa en las relaciones de semejanza.

  • La comparación

  • La metáfora

Argumentos afectivos
La diferencia con los anteriores radica en el uso del lenguaje: se buscan los valores expresivos, mediante el empleo de recursos estilísticos. Predominan los valores connotativos, al igual que en los textos literarios. El uso de la argumentación afectiva está condicionado por el tipo de texto. Es inadecuada en textos científicos, pero aparece con frecuencia en textos humanísticos.

Introducción a la argumentación


Una argumentación es un diálogo en el que un sujeto (el enunciador) presenta una serie de argumentos con los que pretende modificar la conducta de otro sujeto (el enunciatario), de forma que éste último acepte la tesis propuesta por el primero.


Desde la antigüedad, la argumentación ha sido objeto de interés en todas las áreas donde se practica el arte de hablar y de escribir de manera persuasiva. En la actualidad, el estudio de la argumentación ha recobrado vigencia debido a la gran influencia que los medios de comunicación tienen sobre la sociedad. Esta influencia se manifiesta en el planteamiento de estrategias argumentativas para convencer público acerca de ciertos valores e ideas. Ejemplo de esto son los discursos argumentativos relacionados con la publicidad o el pensamiento político. Así pues, la principal motivación del estudio de la argumentación (por parte de los argumentadores), consiste en establecer si el razonamiento planteado es verosímil, es decir, si quien es objeto de la argumentación está dispuesto a aceptarla.

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